lunes, 23 de julio de 2012

El príncipe de las mareas tiene vértigo

Domingo 22/07/12. Etapa 8. Dale - Neyland. 26 km recorridos. Tiempo ruta: 7h 40m (+2h de espera a la bajada de la marea)

Hoy ha sido una etapa diferente, muy diferente de las demás, pero antes de nada, deciros que estoy algo mejor de ánimos que ayer. El dolor en las plantas de los pies sigue ahí, y me acompaña toda la etapa, pero se ha convertido en un dolor soportable, y sobre todo se mantiene. Preferiría que se fuera, pero me conformaré con que ya no vaya a más. Gracias por los ánimos. Me llegan y me ayudan. De verdad.

Os decía que la jornada ha sido distinta de las demás. Casi con toda seguridad la etapa más singular desde que comencé esta ruta, hace ya 8 días. Y ha sido así por dos razones. La primera, por las mareas. Sí, aquí en esta costa las mareas marcan la vida de casi todo el mundo. Con las mareas bajas las playas más espectaculares quedan al descubierto y la gente se acerca para pasar el día con la familia, para pasear al perro, para jugar con su coche deportivo teledirigido... Cuando las mareas suben, es el momento de salir en canoas, de hacer submarinismo, de salir a navegar...  Y os cuento todas estas actividades porque las he visto a lo largo de los días y dependiendo precisamente de las mareas.

Pero voy al grano. Hoy era crucial saber los horarios de las mareas. En las primeras tres horas tenía que cruzar dos bahías, que sólo se pueden cruzar cuatro horas al día, aprovechando las horas de marea baja, a través de un camino de tablones de madera y piedras. Aquí todo el mundo tiene su tabla de mareas en casa, o la consulta en internet o está expuesta en el pub del pueblo. Si no conseguía cruzar esas bahías en marea baja, la alternativa era hacer en total casi 10 kilómetros adicionales, lo que suponía hacer hoy finalmente casi 36km. Y no estaba dispuesto, entre otras cosas, porque no creo que hubiera podido.

Ayer ya me informé, y parecía que la hora de marea más baja sería en torno a las 13:30, pero yo, que ya no me fio de nada, me he plantado en la bahía a las 9 de la mañana. Y efectivamente, lo que era seguro era que a las 9 no se podía cruzar.



En la foto puede parecer que estaba cerca la otra orilla, pero os aseguro que había más de metro y medio de profundidad. Así que allí he estado esperando dos horas, tiempo en el que he podido disfrutar de la increíble colección de diminutas conchas y caracolas que había en la playa. He cogido en una bolsa unas cuantas, porque me han parecido preciosas.



Poquito a poco, la marea ha ido bajando en esas dos horas, dejando al descubierto primero, una pequeña pasarela de madera, y después, varias rocas que finalmente me permitirían cruzar la primera de las bahías. La alternativa en este caso eran cuatro kilómetros por carretera.



Dos horas después, con la marea todavía baja he alncanzado Sandy Haven, la otra bahía que debìa cruzar por otra pasarela y también rocas sobre el agua, si no quería hacer en este caso, otros seis kilómetros. No ha habido ningún problema y he llegado en el tiempo perfecto para cruzar, con control absoluto ya sobre los horarios. Sí señor, de la noche a la mañana convertido en un auténtico experto en mareas. Para poner en el curriculum... ;) Las siguientes dos horas, han transcurrido con normalidad. Nada destacable, pero me sigue llamando la atención que algunos cultivos de cereal todavía estén verdes. No tengo ni idea qué tipo de cereal es, quizás lo más probable es que sea avena, pero ya sabéis que soy chico de ciudad y cuando salgo de ella sólo distingo vacas, caballos y ovejas, Si me sacas de ahí, estoy perdido...



Al principio os decía que había sido una etapa diferente por dos razones, y os hablaba de la primera, las mareas. La segunda es la industria. Sí, he llegado hoy a la zona con más industria del recorrido, en concreto, enormes refinerIas de petroleo y plantas de gas natural licuado. Se ven desde todos los ángulos, caminas junto a ellas, e incluso pasas por debajo y por encima de sus conductos hacia el mar.



Es evidente que los acantilados, paisajes rocosos y playas desiertas de los días anteriores no se pueden comparar a esto, pero reconozco que me gusta este entorno y que tiene su encanto. Al final la cabra tira al monte... Pero lo que no me esperaba ha sido lo que me he encontrado cuando estaba a unas dos horas de Neyland. De repente, ahí estaba. Sin duda el peor momento
desde que llegué a Gales. Estoy preparado para caminar con dolor, para escalar aunque sea con las uñas la pared de un acantilado, o para soportar el barro, el viento y la lluvia de los primeros días, pero esto sí que era inesperado. Enfrente de mi, un puente de tramex, esa maldita estructura de rejilla metálica por la que puedes ver todo lo que hay debajo, y que en este caso cruzaba a gran altura por encima de una carretera y unos geseoductos. Y YO TENGO VÉRTIGO. Sí, amigos, puedo caminar a escasos centímetros de un acantilado de cien metros de altura, montar en globo o asomarme al balcón de un piso 20, pero NO puedo cruzar esructuras elevadas donde se vea lo que hay abajo porque me entra un vértigo terrorífico.



Serían no más de 25 metros de puente, que he tardado más de dos minutos en cruzar, con los ojos completamente cerrados hasta el final, agarrado con las dos manos a la reja lateral, y pisando siempre por el tablón azul de la izquierda. Lo he pasado realmente mal. Sé que a la mayoría le puede parecer un poco exagerado, pero no os podéis imaginar el pánico extremo que tengo a estas cosas. En fin, un reto más superado...

Pero este mal momento ha quedado olvidado con creces cuando he legado a la casa donde hoy me hospedo. El otro día os dije que estaba en una mansión, pero por desgracia en las mazmorras. Hoy estoy en una enorme casa de película de Hollywood sobre la costa, con una habitación enorme en el primer piso, y con un baño en otra habitación independiente para mí solo como nunca había tenido hasta ahora. Tengo también albornoz, zapatillas de baño... La foto engaña, os aseguro que la bañera es gigantesca, y el resto que no se ve, es alucinante.



Pero el resto de la casa que me han enseñado los dueños es para caerse de espaldas. Sólo su habitación, con grandes ventanales a toda la costa y el puerto, es ya casi tan grande como mi piso. 
Por si fuera poco, y como los restaurantes estaban cerrados por ser domingo, me han acercado en coche a unos pocos kilómetros para que pudiera cenar en un sitio que era el único abierto. El lugar, espectacular, y la comida, también.



Además, sentados junto a mí en la mesa de al lado había un variopinto grupo de cuatro personas con los que he mantenido una larga conversación durante la cena. Curioso grupo. Dos hombres de origen escocés, pero que por circunstancias de la vida acabaron viviendo en Gales, una mujer irlandesa, que sigue viviendo allí, y un hombre de origen galés y que vive en California. Por cierto, que este último hombre y mi tío Javier son como dos gotas de agua, no daba crédito. 

Pues después de cenar un buen bistec de ternera a la pimienta, he salido fuera a hacer una última foto del mastodóntico viaducto sobre la bahía que mañana cruzaré andando. Aquí sin vértigo, y es que mi vértigo es muy selectivo.



En definitiva, un día diferente al resto completado con una perfecta tarde en la que he llegado al que es sin duda el mejor alojamiento hasta ahora (y curiosamente, uno de los más baratos) y concluido con una cena perfecta en buena compañía. Pues nada, no se puede pedir más. Bueno sí, un poco de mejoría para mis pies... please.


Quereros mucho y cuidaros. Hasta mañana.

8 comentarios:

  1. El tema del vértigo es curioso. He de reconocer que de joven no tenía miedo a las alturas, pero según me voy haciendo mayor no aguanto tan fácilmente las alturas. No hasta el punto de Jim, pero si que va a más.

    Ole, ole y ole. Ya te veo mirando el Pisuerga para ver si sube la marea, jeje.

    Ánimo ya no te queda nada. Espero que lo que te quedé sea un viaje tranquilo y sencillo.

    Vamos, vamos campeón.

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  2. Que buen color tienes...jejeje.....menos mal que el vertigo ese que sufres no influye para acompañarme en mi proxima aventura....ya queda menos....animo

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  3. ...........y la foto de los baywatchers ??????

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    1. Mixta, no estás en condiciones de ver fotos de baywatchers rubios, musculosos y guapos... Emociones las justas. ;)))

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    2. pues me hubieran vneido de perla ese día......!!!!

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  4. Estaba preocupado por las ampollas, pero veo que ayer domingo fue un día bastante bueno, animo Isra.

    Impaciente estoy esperando la crónica de hoy lunes.

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  5. Avena!!!!!! Diossssss como se entere alguien.......

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  6. Impresionante....!!! Eres bueno Isra,...Animo!!!

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