miércoles, 25 de julio de 2012

Sensatez, asfalto y... ¡fuego de artillería!

Martes 24/07/12. Etapa 10. Freshwater West Beach - Bosherston. 17 km recorridos. Tiempo ruta: 4h 55m

Por una vez la sensatez (la poca que tengo) venció al impulso de no ceder ni un solo kilómetro de los previstos, y pedí a Mave, la mujer que lleva el B&B, que me adelantara con su coche hasta Freshwater West Beach, evitándome los 15 primeros kilómetros por la dura costa. Aunque mis pies se han levantado un poco más descansados, las ampollas no presentan mucho mejor aspecto (aunque es cierto que algo han mejorado), el dolor sigue ahí y además sigue siendo todavía bastante punzante. Me he tomado dos aspirinas con el desayuno, que quizás han servido un poco como efecto placebo y al menos han hecho que me olvidara de los pies por unos cuantos kilómetros. Lo que está claro es que con toda seguridad no hubiera podido realizar los 32 km previstos para esta jornada. Era demasiado. En fin, los que me conocéis sabéis que no es habitual que actúe con racionalidad en estas cosas, pero ya sabéis que desde hace unos días no voy tan bien como me gustaría. Os aseguro que son decisiones que cuesta tomar. Sé que no tengo que demostrar nada a nadie, y que esto es una aventura para disfrutarla, pero a veces el orgullo es muy fuerte y 15 kilómetros en coche me han dolido casi tanto como las ampollas...

Una vez en Freshwater West Beach, y puesto que era aún muy temprano para empezar a caminar, me he sentado tranquilamente en la playa, viendo como poco a poco empezaban a llegar las furgonetas repletas de tablas de surf. Por lo que se ve, esta es una de las playas favoritas para este deporte. He presenciado in situ las clases de iniciación, y me he reido un buen rato viendo a la niña más pequeña del grupo, que apenas podía con la tabla cuando ha entrado al agua. Reconozco que me han dado envidia.



He charlado un rato con los salvavidas, a bordo de sus flamantes quads y con sus propias tablas. Hoy estaban nerviosos porque iban a venir numerosos cursos de iniciación para niños (y no tan niños), y eso supone mucho novato que vigilar. De todas formas no me cabe duda que si alguien tiene problemas en el agua estos chicos actuarán rápidamente, eso sí, que nadie vaya a ellos con una ampolla, que ya sabéis la historia... ;)



Después de pasar más de una hora absorto en la contemplación del ambiente surfero, de cómo las familias de los niños hacían fotos a diestro y siniestro, y tras tomarme una cocacola en la furgoneta junto a la playa, me he dispuesto a emprender rumbo a Bosherston. Hoy era sin duda un día de verano de los de verdad. Sol radiante, unos 25 grados, casi sin viento. Eso sí, aquí siempre la humedad es muy alta, razón por la que creo que sudo muchísimo más de lo que pensaba. Pues con estas condiciones meteorológicas he comenzado a caminar por la carretera. Y digo por la carretera porque los 17 km de hoy han sido íntegramente por asfalto, algo que mis doloridos pies han agradecido. No estoy seguro que hoy hubieran soportado el duro camino junto a los acantilados, con piedras, rocas, todavía barro... Además, la ruta no presentaba excesivas subidas o bajadas, lo que también ha sido una ayuda. Tampoco son carreteras muy concurridas. Apenas tres o cuatro coches cada media hora.



Esta jornada presentaba una característica muy especial. Ya había leído varias veces en la guía  as explicaciones sobre los campos de entrenamiento del cuerpo de artillería del ejército británico. Hay kilómetros y más kilómetros reservados a entrenamiento y maniobras militares. Así que me sabía muy bien las reglas. Si hay banderas rojas, no queda otro remedio que bordear toda la zona. Y así ha sido. Nada más abandonar la playa, he visto la primera bandera roja, y a partir de ahí, he oido disparar tiros, armas pesadas, ametralladoras. Bueno, realmente no sé ni lo que era, pero se oía continuamente diferentes sonidos de fuego. He visto helicópteros como los que salían en la guerra de Irak. Y he visto señales que, la verdad, asustan un poco... Me quedo sin duda con la que dice "no toque ningún resto porque puede explotarle y matarle". Casi nada. Claro que tampoco está nada mal la señal que dice "peligro, fuego de armas repentino".





Bueno, como es evidente, he llegado sano y salvo a mi destino. Antes de entrar en Bosherston, he pasado por la ermita de St Govan, situado en un acantilado. En la foto no se aprecia bien porque está hecha desde abajo, pero la ermita está encajada entre las rocas de manera increíble. Dicen que las partes más antiguas datan del siglo VI, algo no suficientemente probado, aunque la estructura actual parece ser hecha por los monjes en el siglo XII. Digo yo que qué se les habría perdido en ese recóndito lugar, a merced del agua, del viento, y según cuentan las leyendas por aquí, de los piratas.



Dice precisamente una de las leyendas que la campana de St Govan fué robada, y Dios para compensar a los monjes y suplir el ruido de la campana creó la roca en forma de dedo de Dios que podeis ver en la foto (está justo enfrente de la ermita), para que el sonido del viento pasando sustituyera al de la campana original.



En fin. Una leyenda más de las muchas que hay en el recorrido, y que normalmente no suelo contar aquí por falta de tiempo, pero que es evidente que me encantan.

La cena, lo habitual. Carne y el acompañamiento de siempre... La diferencia es que he cenado con Alan, un hombre de 67 años con una vida que muchos guionistas de Hollywood quisieran oír para filmarla. Pero de esto os hablo otro día, o mejor cuando vuelva, que hoy hay que descansar. Mañana, penúltima etapa hasta Tenby. Me esperan unos interminables 30km, muy duros y esta vez sí, por la costa. Veremos que pasa...

Besos y abrazos. Hasta mañana.

3 comentarios:

  1. Es mejor ser sensato y no quesarse en el camino. Has elegido sabiamente.!! Parece una respuesta de una pelicula de karate kid!!!

    Mejor afrontar las jornadas finales con mejores sensaciones.

    Conociendote estoy seguro que un solo metro en coche he duele mas que las ampollas.

    Animo valiente.

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  2. Tu lo has dicho no tienes que demostrarnos nada, todos los que te conocemos sabemos de lo que eres capaz, por 15 Km menos no vamos a poner en juicio tu fortaleza.

    Por cierto espero que algún dia nos hables de tu compañero de viaje, al pobrecito le entrarán celos, al fin y al cabo va a recorrer el mismo viaje....

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    1. No sé, no sé, mi compañero de viaje me está haciendo un poco de competencia. Por cierto, casi le pierdo en varias ocasiones... Pero sin mala intención, eh, no pienses mal!!

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