lunes, 16 de julio de 2012

El incidente

Domingo 15/07/12. St Dogmaels - Newport. 26 km recorridos. Tiempo ruta: 9h 25m.

Os escribo desde Newport, adonde he llegado tras una larga y dura jornada. Ayer os dejaba momentos antes de irme a dormir y debo decir que descansé como hacía mucho tiempo. El silencio. Sí, el absoluto silencio es la clave. Desde las nueve de la noche ya no se oía nada en el B&B, y yo, acostumbrado a dormir muchas noches con los incómodos tapones (los vecinos, los ruidos de la calle, las fiestas del barrio...) necesitaba noches como ésta.

Esta mañana un buen desayuno que ya os podéis imaginar. Además de los cereales, tostadas y mermeladas, después ha llegado el típico combinado de las islas británicas: los huevos revueltos, alubias, bacon, champiñones, salchicha... En fin, a partir de ahora y en adelante no daré muchos detalles del desayuno, porque me temo que será prácticamente el mismo todas las mañanas.

Como os decía ayer, y como describía en el elocuente título, he dormido en la "pole position", lo que equivale a decir que no había ningún alojamiento más cerca del comienzo de la ruta. Así que alrededor de las nueve de la mañana, después de tomar algún vídeo y alguna foto de la zona comenzaba esta vez sí, el reto de verano de este año.



Los dos primeros kilómetros han sido tranquilos, pero a partir de ahí ha comenzado un auténtico rompepiernas que ha durado hasta el final de la jornada. En cualquier caso, según avanzaba, los paisajes eran más y más espectaculares. Cuando ya pensaba que no podía ver algo más impresionante, aparecía una nueva formación rocosa, un nuevo acantilado, un arco natural... Reconozco que no había visto nunca nada semejante. Las fotos no hacen en ningún caso justicia, y menos porque son del móvil (las de la cámara las descargaré a mi vuelta). El sendero que veis a la izquierda de la foto es la senda de la ruta, como veis un sube y baja continuo, pero con vistas que quitaban el hipo.



Pero ciertamente no sólo son los paisajes. También la atmósfera alrededor de esta ruta ayuda a su disfrute. Las aves marinas vuelan literalmente a escasos centímetros tuyo mientras caminas, flotando durante minutos en el aire aprovechando las corrientes del fortísimo viento de manera asombrosa. La vegetación es espectacular en algunos tramos, alcanzando a veces más de un metro de altura y dejando bien claro que no es un recorrido excesivamente transitado. Os confirmo que a lo largo de la jornada no me he cruzado con más de 10 o 12 personas caminando por la zona.



A veces, desde el sendero se veían al pie de los acantilados playas rocosas absolutamente inaccesibles donde, en tan sólo unas semanas, aparecerán cientos de focas grises atlánticas. De hecho, el dueño del B&B en St Dogmaels me enseñó una foto que hizo a comienzos de agosto del año pasado donde se podían contabilizar hasta cien ejemplares (lo sé porque este hombre meticuloso había puesto un número encima de cada foca, como si fuera un censo). Por desgracia, parece que he llegado temprano y no pude ver ninguna esta vez, pero no me extraña nada la elección de estos animales ya que ahí abajo nada puede molestarlas, salvo que alguno de los caminantes caiga desde cien metros de altura despeñándose por el acantilado, cosa que no es tan descabellada. En muchos tramos de la ruta caminas literalmente a un metro escaso del borde, en algunos casos a una altura muy considerable, que casi nunca baja de los cincuenta metros. Un poco de vegetación en esos centímetros crean la falsa sensación de seguridad, pero no hay nada más. Un paso a la derecha y se acabó. La única valla que hay discurre casi siempre por el otro lado, para evitar que los animales se precipiten al mar, pero el camino para los senderistas siempre va por fuera de la valla.



Cuando ya llevaba más de cuatro horas he tenido que coger una desviación para poder avituallarme. Era un desvío ya programado en mi agenda, ya que en todo el recorrido de hoy (lo decía el mapa y tenía razón) no había ningún lugar donde comer o parar a beber algo. Este tramo hasta al cafe-restaurante me ha supuesto más de media hora (ida y vuelta), pero ha sido realmente duro porque el puñetero sitio estaba en lo alto de una ladera con una pendiente desorbitada. Ya he aprovechado y me lo he tomado con calma, empleando al menos una hora en comer una patata asada con queso, lechuga, cebolla y jamón. No exigiremos mucho más de la comida en las islas ya que no se caracterizan precisamente por una carta exquisita - aunque a veces puedes llevarte agardables sorpresas -.

Tras la comida han empezado los problemas. El camino se ha hecho cada vez más duro. En algunos tramos mucho más duro de lo que pensaba. Pero a la media hora de salir del restaurante, y todavía con casi cuatro horas de camino por delante (esta vez ya sin ninguna posibilidad de comer o beber hasta Newport) ha ocurrido EL INCIDENTE. Y lo pongo con mayúsculas porque ha sido un accidente que me ha hecho polvo el resto de la jornada. Mientras hacía un poco el tonto con la cámara (ya sabéis, disparador de 10 segundos y a correr, por no hablar de los vídeos), he dado una patada sin darme cuenta a la cantimplora que estaba abierta, y cuando ya he podido cogerla el litro y medio de agua estaba por la tierra... Una catástrofe si se tiene en cuenta que aún quedaban muchas horas de camino, pero mucho peor y como ya os comentaba en alguna entrada anterior, porque me quedaban aún muchos litros de perder sudando, y aquí no exagero ni un ápice. A partir de este momento lo he pasado muy mal. He tenido que parar varias veces en las subidas, porque literalmente mis piernas estaban bloqueadas. Por si fuera poco algunos caminos estaban cada vez más embarrados, y los resbalones han tardado poco en llegar, minando aún más si cabe mis mermadas fuerzas. Y la sensación de sequedad en la boca se ha hecho cada vez más insoportable. En fin, amigos, ¡qué importante es el agua!

Sólo una parada no ha venido causada por mi cansancio. En uno de los tramos más estrechos repentinamente han aparecido delante de mi un caballo y un potrillo. Os aseguro que no sé de donde han salido. No tenían marcas, ni nada de nada. Y además, estaban por fuera de la valla pero no se veía ni un sólo resquicio para salir. El caso es que el caballo se ha quedado mirándome fijamente sin ninguna intención de retroceder. Y claro, os podéis imaginar que yo tampoco estaba en condiciones de retroceder. Así que allí nos hemos quedado por espacio de dos o tres minutos. Finalmente, me he movido unos veinte centímetros a un lado (no tenía más espacio) y han pasado otros dos minutos hasta que el caballo, protegiendo por completo con el cuerpo al potrillo, ha pasado finalmente a mi lado a escasos centímetros y ha seguido su camino. Ha sido una anécdota singular y posiblemente en otras condiciones mucho más bonita, pero ya os digo que no estaba yo para muchas bromas.

Por si fuera poco, en el último tramo se ha puesto a llover, con lo que esto supone. Quitarse la mochila, ponerse la chaqueta impermeable, sacar cubremochilas (busques lo que busques siempre está en el fondo de la mochila), poner cubremochilas correctamente, cerrar todo otra vez y seguir camino. Sí, ya lo sé, es una bobada pero ya os digo que en la parte final cualquier tontería se ha convertido en un mundo para mí.

A poco menos de una hora de Newport, he visto una pequeña playa de complicado acceso. No sé muy bien cómo, aún me lo pregunto, pero el deseo de bajar por las rocas y hacer un par de fotos han hecho olvidar el agotamiento y al final he accedido como he podido. Y digo "como he podido" porque me he pegado una buena leche al bajar la última roca. Digamos que ha llegado a la playa antes mi cabeza que mis pies por un resbalón. No podía pedir mucho más dado mi estado físico, al que ahora se unía un nuevo dolor. Pero estaba tan cansado, que me ha entrado una risa floja por unos segundos que aunque no me ha quitado el dolor, al menos me ha relajado. Debajo tenéis la foto. Creo que merecía la pena, ¿verdad?.



Después he seguido caminando ya extremadamente lento otro buen rato y al llegar a la playa grande junto a Newport y ya sólo a treinta minutos del destino, he pasado por delante de un aparcamiento y me he parado a hablar con un solitario anciano que paseaba por allí (¡¡¡no había visto a nadie en las últimas cuatro horas!!!). A los pocos minutos ha llegado su hijo a recogerlo, un hombre de unos 60 años conduciendo un Audi. Me han ofrecido acercarme en coche los últimos metros y como podeis imaginar no lo he dudado ni un solo segundo. En cinco minutos me han dejado a la puerta del - caro - alojamiento en el que me hospedo hoy. Era el único que encontré en internet todavía con plazas disponibles y la verdad es que los más de quince minutos de ducha con hidromasaje que me he pegado han compensado el precio.

La cena, tremenda en un pub local que gestiona un... ¡¡español!! Me he puesto hasta arriba. Quizás vuelva más gordo a pesar del esfuerzo de cadadía, quién sabe.

Ahora ya en la habitación, no paro de sudar. Creo que mi cuerpo necesita descansar y mañana lunes, comienzo de semana, estaré de nuevo listo para una nueva jornada de trekking hasta Goodwick, que espero sea más relajada ymenos accidentada.

Vaya, j*der, acabo de encender la tele, pero mejor la apago y escribo...



Pues sabiendo esto y que no pasaremos de 17C, y tras escribir la crónica de la jornada en el diminuto teclado de mi inseparable blackberry, me voy ya a descansar, que creo que me lo merezco.

Buenas noches y dulces sueños.

P.D. Las crónicas del blog os llegan diariamente gracias a mi adorable Szilvi, que desde Hungría las recibe por email, las tabula correctamente, pone las fotos que envío después de la crónica, y finalmente lo sube todo al blog... y por si fuera poco publica el link en mi facebook. Köszönöm!
Puszi!

Por cierto, lo siento muchísimo y espero me disculpéis pero no puedo ver vuestros comentarios ni en el blog ni en facebook hasta mi vuelta, ni mucho menos responderos. Si entro en mis cuentas desde UK, se bloquean los accesos desde Budapest. Cosas de la seguridad de estas redes sociales...

3 comentarios:

  1. Querido James, tu estas seguro de no querer mirar las ofertas de muchoviaje.com ? que estas a tiempo para la RM aun, fijo....!! un abrazo ! Mixta

    ResponderEliminar
  2. Animo Isra, que envidia me das.

    Yo quise dar la vuelta a la isla de Arran, o hacer la senda del "West Highland Way", cruzando Escocia - pero todavia no he encontrado el momento...

    Espero que sigas disfrutando del paisaje de mis tierras.

    Un abrazo,

    Ken "Garfio"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ken!! Qué alegría. No recuerdo si sabes que el año pasado Szilvia y yo hicimos el West Highland Way. No lo dudes tío!! Es alucinante! Un abrazo desde tus tierras.

      Eliminar