lunes, 5 de noviembre de 2012

Budapest, el oxímoron perfecto (parte II)

 
La semana pasada nos quedamos a medias, así que continuamos con esta lista muy personal de recomendaciones sobre Budapest...
 

4 – Las vistas nocturnas de la ciudad desde el Monte Gellért.
 
Al sur del Castillo se alza imponente junto al Danubio el Monte Gellért, lugar donde además del archiconocido y famoso balneario, se encuentra la antigua Ciudadela, una fortificación levantada por los Habsburgo a mediados del siglo XIX, y junto a ella, el Monumento a la Liberación también conocida como Estatua de la Libertad. Si bien tanto la fortaleza como la escultura tienen un cierto interés, son sin duda las privilegiadas vistas de la ciudad las que hacen de este lugar uno de los sitios imprescindibles en nuestra ruta por la capital magiar. Recomendado de día, y sobre todo de noche. No obstante, amigos, aunque parezca una perogrullada, si vais a ir de noche aseguraros primero que se encuentran iluminados los puentes y principales monumentos de la ciudad, de otra forma, me temo que poco vais a ver…
 
 
 
 
 
 
 
5 – Müvész Cinema
 
Para los amantes del séptimo arte, ésta es sin duda una parada obligatoria. Se trata posiblemente del cine más original de Budapest. Normalmente, aquí se pueden ver películas europeas muy diversas en versión original, y en bastantes ocasiones, cine español. El interior, donde podemos encontrar las taquillas, está decorado de forma abigarrada con todos los motivos cinematográficos que podamos imaginar, dándole al vestíbulo un cierto aire kitsch pero con un peculiar encanto que no deja indiferente. El compendio de artilugios va desde los viejos carteles de películas, hasta un vetusto coche, posiblemente parte de algún mítico rodaje.
 
Lo dicho, si tenéis tiempo suficiente, daros el placer de ver una película en este local, y si no, simplemente entrad a dar un garbeo, y sentaros un rato en uno de sus sofás para haceros unas fotillos, merece la pena. Está en Teréz Körút 30.
 
 
6 – Los transportes públicos.
 
La diversidad y el estado de los transportes en Budapest es un ejemplo más de esa delicada mezcla de los viejos y los nuevos tiempos. Os recomiendo que probéis todos. Sí, lo sé, parece una tontería ir a una ciudad patrimonio de la humanidad como ésta para perder el tiempo cogiendo transportes públicos por el mero hecho de conocerlos y no por precisar de un desplazamiento en sí, pero aquí he de confesar mi atracción fatal por las experiencias en autobuses, metros y tranvías que te permiten descubrir aspectos de la vida y rutina diaria de los húngaros que de otra manera, y en un corto viaje, sería imposible.
 
Empecemos por el tranvía, donde se combinan las modernas y eficaces líneas que recorren el centro con algunos un poquito más desvencijados que cubren otras rutas. En cualquier caso, es definitivamente una de las formas más rápidas de moverse por el centro de la ciudad y una de las preferidas por los turistas. Pero si lo que queréis es una ruta que os permita al mismo tiempo que os desplazais, disfrutar del viaje y de las vistas, nada mejor que coger el tranvía nº2 desde Boráros Tér hasta el mismo Parlamento en un estupendo viaje junto al Danubio con unas magníficas vistas de toda la parte de Buda (¡no os olvidéis sentaros del lado del río!). Esta ruta fue considerada por National Geographic como una de las 10 rutas en tranvía más bellas del mundo. ¡Ahí es nada!
 
 
 
El metro es otro de los medios de transporte más utilizados en Budapest, aunque ciertamente son menos cómodos para desplazarse por el centro que los tranvías. Consta únicamente de tres líneas (M1, M2 y M3). La línea M1 está considerada la primera línea de metropolitano de Europa y sus diminutas estaciones son auténticas piezas de museo que datan del siglo XIX, lo que las convierte en el principal atractivo de esta línea. Todas las estaciones son iguales, y he de reconocer que tienen un encanto especial. Además, sus vagones son de madera. Os recomiendo un paseo en esta línea. En cuanto a las líneas M2 y M3, algunos vagones parecen – y posiblemente es así – pertenecer a la época comunista. Aún así, son rápidos y muy útiles para desplazarse fuera del centro de la ciudad.
 
 
 
 
 
Los autobuses son posiblemente el medio más habitual de desplazamiento de los habitantes de la capital, pero a diferencia de los tranvías hay muchísimos más y para el turista resultará sin duda más complejo conocer con exactitud sus recorridos, por lo que encontrareis pocos extranjeros aventurándose en estas líneas. Sin embargo, es donde podréis de verdad apreciar el modo de vida de los aquincenses (este curioso gentilicio proviene de la antigua ciudad romana de Aquincum, origen de la actual Budapest, aunque mi madre les llama "budapestanos"...). En cualquier caso ya os advierto que no espereis unos autobuses muy modernos.
 
Por último hablaré de los “prehistóricos” trolebuses, autobuses con enganche eléctrico (como los tranvías) que parecen sacados de otra época, lo que les confiere un estatus de “transporte en vías de extinción” que hace que les haya cogido un especial cariño. Me fascina la tremenda brusquedad de sus arranques y frenadas, su estado destartalado como si fuera a desmontarse completamente en cada parada, y sobre todo, la casi imposibilidad de ver algún turista en ellos. No puedo evitarlo, y es que son realmente genuinos.
 
7 – El Castillo Real, el Bastión de los Pescadores y el Parlamento.
 
Sin duda, estos son los tres monumentos más visitados de Budapest, y que figuran por tanto en todas las guías de esta ciudad, por lo que seré breve. El Castillo y el Bastión de los Pescadores forman parte de la zona noble y más antigua de la ciudad, en Buda. Caminar por sus calles y entre sus edificios es retroceder en el tiempo hasta finales del siglo XIX. Un paseo por esta zona de Buda, es sin duda altamente recomendable.
 
 
 
 
 
El Parlamento de Hungría es el monumento más impactante de toda la ciudad. Bellísima obra maestra de estilo neogótico y construida a finales del siglo XIX, es sin duda el símbolo por excelencia de Budapest. Algunas de las mejores vistas del emblemático edificio se obtienen desde el Puente Margarita y desde el Bastión de los Pescadores. Una visita al interior es siempre recomendable, aunque para ser honesto enseñan menos de lo que me gustaría. No obstante, reservad primero por internet si no quereis hacer interminables colas...
 
 
No me detengo mucho más en estas tres maravillas. Como os he comentado, no hay ninguna guía que no haga una explicación exhaustiva y detallada de estos monumentos, así que podréis encontrar información detallada en cualquier de ellas.


Como no hay dos sin tres, os emplazo en una semana a leer - si aún seguís ahí - la última parte de este larguísimo y muy personal post del blog...

Keep smiling. See you soon. :)


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