Como ya os adelantaba antes de partir rumbo a Gales, parte
de esta aventura tenía un componente solidario, y mi compromiso antes de
empezar fue donar un euro por kilómetro caminado en este reto, lo que ascendería
aproximadamente a 300 €. La verdad es que no sé si he llegado a caminar toda
esa distancia por completo, pero eso ahora no importa demasiado. Incluso si
hubiera recorrido tan solo un kilómetro, hubiera donado la misma cantidad. Ahora,
una vez de vuelta, viene la decisión más difícil, que es decidir a quién donar
esta cantidad. He recibido varias propuestas entre los lectores del blog y a
través de facebook, y mi intención como muchos sabéis era hacer un sorteo para
dilucidar quién sería el agraciado. Sin embargo, y siguiendo ese carácter impulsivo
del que os hablaba hace pocos días, he cambiado finalmente de decisión y donaré
esa cantidad basándome en la cabeza y sobre todo, cómo no, el corazón.
Así pues, la donación irá a parar a la Fundación CRIS Contra
el Cáncer. Se trata de una organización independiente y sin ánimo de lucro dedicada
al fomento y desarrollo de la investigación para la erradicación del cáncer. Soy
plenamente consciente de que no es mucho dinero, pero grano a grano se hace una
montaña. Y soy también consciente de que había otras muchas opciones de las que
os hablaré luego, pero esta ha sido mi decisión.
Aunque todas las donaciones son buenas por sí mismas y no
necesitan de razones, sí que me apetece en este caso comentaros qué me ha
llevado a tomar esta decisión.
La primera razón para elegir esta fundación, es la razón de
la cabeza. Porque creo firmemente que sin investigación la medicina seguiría
anclada en aquellos siglos oscuros donde no se podía curar prácticamente ninguna
de las enfermedades que hoy conocemos. No existirían los sofisticados medicamentos
ni los tratamientos preventivos y paliativos si antes no hubiera existido una
profunda investigación. Y por supuesto no existirían ni los aparatos de rayos X,
ni los modernos equipos TAC, ni toda la avanzada tecnología que hoy vemos en
los hospitales y que tantas y tantas vidas salva. Y hoy más que nunca, los
recortes en I+D hacen cada vez más difícil esta clase de investigaciones, y creo
que este tipo de iniciativas merecen una oportunidad.
La segunda razón es más personal, más importante y más
profunda, y es la del corazón y los sentimientos, y es que el cáncer, como seguramente
os ha ocurrido a muchos de vosotros, se ha llevado a algunos de mis seres
queridos en los últimos años, y esto siempre marca. El corazón me dice que colaborar
con la lucha contra esta plaga de nuestra época será un muy buen destino para
el donativo.
No obstante, amigos, y aunque sé que la situación está
jodida y que para algunos no es posible en estos momentos, desde aquí os animo a
los que podáis, a realizar alguna donación, haceros socios, o simplemente
arrimar el hombro en cualquier asociación, fundación u ONG que realice una
labor que consideréis interesante… Hay muchas, muchísimas. Entre las propuestas
que recibí estaba por ejemplo entre otras, Médicos Sin Fronteras, que realiza sin
lugar a dudas una impagable labor en todo el mundo y que es una de las ONG más
respetadas y valoradas por la sociedad. Pero también había otras propuestas como
la Fundación Vicente Ferrer, Save the Children, ACNUR… así como otras asociaciones
de carácter más local de padres de niños con enfermedades, de ayuda a los niños
con discapacidades, etc. Todas estas y otras muchas más que podéis encontrar en
vuestra región, en vuestra ciudad o incluso en vuestro barrio son merecedoras
de apoyo. No dudo que para todas podría haber encontrado también dos, tres,
cuatro o infinitas razones para entregar la donación, pero sólo podía elegir
una.
Nada más, esto es todo por hoy. Pronto vendrán unas
espectaculares e inéditas fotos del viaje por Gales, pero antes tendré que
elegirlas entre más de mil, lo que con seguridad me resultará incluso más difícil
que la elección anterior.
Hasta la próxima semana,
Un abrazo para todos.