¿Por dónde empezar? Resulta mucho
más difícil de lo que pensaba este asunto de plasmar los pensamientos en
palabras escritas. Para ser honesto con vosotros, os diré que no tengo mucha
experiencia en esto de escribir, exceptuando claro está, las docenas de emails
que envío a diario, pero me temo, y lo puedo confirmar después de varios días sentado
al teclado para completar estas primeras líneas, que no es lo mismo decirle a
un cliente que su pedido no llegará a tiempo – materia en la que soy un experto
- que organizar los cientos de ideas que cruzan cada día la regadera que tengo
por cabeza, y reproducirlas ordenadamente y con cierto sentido en un blog.
Ojo, que hay emails que podrían
entrar en la categoría literaria del realismo mágico, y cuya recopilación
podría dar lugar a un volumen de cuentos cortos digno del mismísimo Borges, por
no hablar incluso de la candidatura a un Nobel, pero eso es otra historia.
En fin, amigos (os llamaré así
si me lo permitís) , voy al grano o los cientos de
miles de lectores de este blog me abandonarán en esta primera entrega…
La verdad es que no recuerdo con
precisión cuando empecé a notarlo. Quizás hace unos tres años, aunque si lo
pienso fríamente, posiblemente mucho más. O quizás siempre estuvo ahí, como esa
tienda de la esquina que lleva toda la vida en el mismo sitio, pero en la que
sólo te fijas de repente una mañana después de muchos años, y desde entonces la
observas todos los días con incredulidad preguntándote cómo es posible que
nunca antes te fijaras en ella.
Sí, seguramente ha permanecido ahí
desde el principio, pero es sólo ahora, en estos últimos años, cuando las sensaciones son cada vez más fuertes. Es ahora cuando parece que empiezo a realizar y cumplir
los deseos que habían pululado por mi mente durante tantos años. Bueno, no
todos exactamente, sólo unos cuantos, porque para ser una estrella de la música
country voy con un poco de retraso y además estoy en el país equivocado, pero por
lo demás, los anhelos van siendo satisfechos, eso sí, poquito a poquito, que
las prisas no son nunca buenas consejeras, y si algo tiene de peligroso esta mágica
afección, y que hay que aprender a controlar – no obligatoriamente - , son las ansias de abandonarlo todo y dedicar tu vida a recorrer el mundo y convertir todos esos
deseos en realidad, lo cual, evidentemente, tiene también sus riesgos.
El caso, amigos, es que el efecto
wanderlust me tiene atrapado por completo y, aunque no sé lo que durará,
intentaré exprimirlo al máximo. Quién sabe, puede que ya no se vaya nunca, o que
se vaya tal y como vino. De todas formas, empiezo a ver a mi alrededor a otras personas
con síntomas similares, lo que me hace pensar que no estoy solo y que este
maravilloso virus es contagioso...
¿Y por qué compartir todo esto en un
blog público? Buena pregunta para la que no tengo una respuesta clara, aunque intentaré resumirlo en tres razones fundamentales. La primera, es porque me gusta compartir. Así de sencillo. Está en mi genética y no es necesario buscar explicaciones más profundas. Los que me conocéis lo sabéis. Además, es que en estos tiempos tan complicados,
llenos de caras largas – por otra parte, más que justificadas - , considero casi
obligatorio que aquellos enormemente afortunados a los que las cosas nos van
más o menos bien, procuremos no quejarnos - sobre todo por respeto a los que realmente les está yendo mal - , mantengamos la sonrisa y, por qué no, tratemos de
imbuir algo de optimismo alrededor nuestro, que falta hace. Y compartiendo este blog, puede que al menos en el tiempo que lleva leerlo, os olvidéis
por un instante de las muchas preocupaciones que rodean nuestra vida
cotidiana y os sintáis cómplices aunque solo sea por un momento de las cosas
que se cuenten aquí. Esta es una de las razones por las que quiero compartir
mis experiencias y reflexiones con vosotros. Pero también, y ésta sería mi segunda razón, porque escribir es
una de esas aspiraciones ocultas que antes comentaba que van despertando lentamente
en mi interior, y que por vergüenza, timidez o simplemente por cuestión de tiempo y
paciencia, había quedado sepultada bajo una pesada losa (con la salvedad de
aquellas crónicas peregrinas que compartí con algunos de vosotros hace un
tiempo, y de las que algún día hablaré aquí).
Tampoco nos engañemos, porque no todo
es altruismo y generosidad, y aquí viene la tercera razón. No olvidemos que en en el acto de compartir existe siempre una dosis
– a veces inconsciente - de egoísmo. Siempre he pensado que todos los
escritores al hacer partícipes a los demás de algo propio, esperan en mayor o
menor medida - aunque no lo admitan nunca - un cierto grado de reconocimiento
que alimente su ego, y eso mismo probablemente me ocurrirá a mi con este blog, pero
estoy seguro de que esta parte sabréis perdonármela.
Desde aquí viviréis el
efecto wanderlust en primera persona, encontraréis sobre todo ganas de vivir y optimismo en historias personales contadas en pequeñas dosis, a veces diarias,
a veces semanales, y quién sabe si a veces, abatido por mi inseparable amiga “la
pereza”, algo más distanciadas en el tiempo. En algunas ocasiones, y debido a mi carácter
variable ya conocido por algunos, es posible que repentinamente mi tono se
vuelva extraño, melancólico o simplemente un coñazo, momento en el que
agradecería enormemente que alguno de vosotros me recordara cual era el
propósito principal de este blog.
¿Y de qué voy a hablar? Bueno, hablaré
de viajes, de experiencias, de personas, y de todo lo que se me ocurra. Hablaré
de soñar, viajar, comer, caminar, saltar, reir, llorar, amar, compartir,
escribir, leer, cantar, bailar... Quién sabe. En fin, a estas alturas ya poco más
tengo que decir.
¡Qué comience el blog!
Hola, Isra. !Que empiece la fiesta! Viniendo de tí, siempre es interesante. Animo y un abrazo
ResponderEliminar¡Rafa! Qué alegría que el primer comentario sea el tuyo. Gracias por los cumplidos. Espero estar a la altura. Un abrazo.
EliminarYa sabes, lo mejor del camino siempre es llegar porque siempre espera otro destino que conseguir, otro paisaje, otras caras, piedras nuevas pero sobre todo la necesidad del ser humano de intentar que su mundo nunca se pare.
ResponderEliminarIsra los grandes viajeros son los que se descubren a si mismo pequeñas cosas importantes para su vida.
Un abrazo
Leo
Gracias Leo, bonitas palabras y muy ciertas.
EliminarA própósito de las pequeñas cosas, hay una frase que me encanta y dice:
"El que fijare su mirada en los pequeños detalles, será capaz de comprender la inmensidad de las cosas"
Un fuerte abrazo coach!!
Querido compañero Jim,
ResponderEliminar¡Qué mejor forma de contribuir a tu blog que desde la distancia, desde el país del country.!
Felicidades por el blog en sí mismo y por la primera entrada, si se llama así, ya sabes que no estoy muy puesta en redes sociales y nuevas técnicas de comunicación.
Después de 24 horas de viaje hasta conseguir llegar a San Francisco, te aseguro que mi espíritu aventurero/viajero estaba un pelín enfadado con el mundo, pero me niego a dejarme arrastrar por el pesimismo general, así que ahora por la mañana, con el sol asomando por la ventana del hotel, he decidido sentirme afortunada por estar aquí, aunque mi estancia vaya a ser mínima y no voy a poder ver ni el Golden Gate de lejos.
Nunca he tenido oportunidad de escuchar un concierto country en este país, claro que tampoco voy a disfrutar hoy de los tópicos que todos conocemos, como que California es el lugar del surf, del veraneo perpetuo con los vigilantes de la playa siempre alerta. Te aseguro que hoy el que haga hoy surf, lo hará con neopreno doble y que los musculosos salvavidas pasarán desapercibidos.
Y yo con mis sandalias nuevas, tan contenta por estrenarlas aquí pero con los pies congelados….
Nos creaste adicción con tus crónicas de peregrino y sospecho después de leer el primer capítulo, estaremos deseando que hagas frecuentes entradas y disfrutar de tu forma de ver el mundo.
¡¡¡ Madre mía !!! ¿Te acuerdas de la serie/dramón DALLAS?, pues acabo de ver por el rabillo del ojo mientras te escribo que vuelve a la TV !!!, con un JR que está más acartonado que las momias del British y con un Bobby, ¿te acuerdas del bueno de Bobby?, por cierto yo creía que se había muerto, pues con un Bobby con el pelo de un color tirando a crema de cacahuete indescriptible….. qué país este.
En fin, que espero que disfrutes escribiendo tu blog tanto como nosotros leyéndolo.
Mar
Hey! Gracias compañera!!! Esto me anima a seguir con el blog, y además, aún me estoy riendo del último párrafo sobre JR y Bobbby. Lo de la crema de cacahuete es genial, y qué razón tienes.
EliminarPor cierto, leyendo todo lo que dices me he preguntado por qué no te animas tú a hacer un blog. Tienes también muchas cosas que contar, y desde luego, estilo, hunor e ironía fina no te faltan, así que piénsatelo... :)
Amigo... express yourself
ResponderEliminarÁnimo; ponte a prueba y considérame un cliente al que vendes un buen producto... y a tiempo!
Ni que decir tiene que lo compro ya.
JR
...(ahora voy a demostrar que no soy un robot)...
Amigo, me alegra mucho saber que no eres un robot. No es que tuviera muchas dudas, pero claro, tanto leer a Isaac Asimov de joven me ha pasado factura...
EliminarTomaré nota (como Mike Hammer), y haré todo lo posible para que los clientes repitan en mi tienda, así que espero seguir vendiendo productos no sé si de la mejor calidad, pero al menos sí 100% artesanales.